Informe global sobre quiebras 2025
El panorama empresarial global, aún ajustándose a las disrupciones pospandemia, se enfrentó en 2024 a una serie de vientos económicos en contra que llevaron las insolvencias a su nivel más alto en más de una década.
Esto marca un cambio significativo, reflejo tanto de presiones cíclicas como de desafíos estructurales que enfrentan actualmente las empresas.
El aumento de las quiebras no fue repentino ni uniforme entre regiones, sino el resultado de una tensión financiera prolongada que se ha ido acumulando durante los últimos años. Aunque muchas empresas lograron sortear los primeros choques de la pandemia gracias al apoyo gubernamental y a una política monetaria flexible, la retirada de estas medidas expuso vulnerabilidades fundamentales. La economía global entró en 2024 lidiando con las secuelas de la inflación, el aumento de los tipos de interés y la reestructuración de las cadenas de suministro, factores que jugaron un papel crucial en las tendencias de insolvencia observadas a lo largo del año.
Los bancos centrales, tanto en mercados avanzados como emergentes, mantuvieron los tipos de interés elevados como respuesta a una inflación persistente. Aunque las presiones inflacionarias se redujeron respecto a los picos de 2022, la inflación general se mantuvo por encima del objetivo en el 30% de las economías avanzadas en 2024. Además, la alta inflación subyacente llevó a algunos bancos centrales a replantearse el ritmo de relajación monetaria. Como resultado, los tipos de interés se mantuvieron elevados durante la primera mitad del año. Cabe destacar que el 80% de las economías que aplicaron recortes de tipos en 2024 lo hicieron de forma más intensa en el segundo semestre que en el primero. Este periodo prolongado de costes elevados de endeudamiento ejerció una presión considerable sobre los balances corporativos, especialmente en aquellas empresas con alta dependencia del apalancamiento.
Incluso cuando la inflación comenzó a disminuir, el crecimiento económico siguió siendo débil en muchas partes del mundo. El gasto de los consumidores se vio afectado por el impacto acumulado de unos tipos de interés más altos, la reducción del apoyo fiscal y unas condiciones más débiles en el mercado laboral en ciertas regiones.
Muchas empresas, especialmente en los sectores manufacturero y de comercio mayorista, tuvieron dificultades con la caída de los ingresos mientras lidiaban con unos costes de insumos elevados. La falta de poder de fijación de precios presionó los márgenes de beneficio, dejando poco margen de maniobra. Mientras que los beneficios corporativos de las empresas no financieras en EE. UU. se moderaron al 10,6 % en los tres primeros trimestres de 2024 (frente al 12,1 % en el mismo periodo de 2023), los fabricantes y mayoristas registraron un descenso. De forma similar, la proporción de beneficios brutos de las empresas no financieras en la UE se moderó hasta el 39,4 % en los tres primeros trimestres de 2024, desde el 41,5 % del mismo periodo de 2023.
Más allá de las presiones cíclicas, el aumento de las quiebras en 2024 también estuvo influido por cambios estructurales a largo plazo. La continua reconfiguración de las cadenas de suministro globales siguió alterando los flujos comerciales tradicionales, afectando de forma desproporcionada a las empresas dependientes de operaciones transfronterizas.
De cara a 2025, las quiebras corporativas seguirán aumentando. Aunque se espera una mejora modesta de las condiciones económicas, los riesgos siguen inclinándose hacia el lado negativo, impulsados por unas condiciones financieras restrictivas, la incertidumbre comercial y las tensiones geopolíticas. A pesar de la desaceleración de la inflación y de una previsión de descenso en los tipos de interés, estos cambios no serán suficientes para revertir la tendencia de aumento de las insolvencias.
El entorno comercial mundial sigue siendo volátil, lo que afecta a los flujos de capital, las cadenas de suministro y el acceso a los mercados. Esta incertidumbre seguirá lastrando la confianza empresarial y la inversión, especialmente en las industrias orientadas a la exportación. Al mismo tiempo, el crecimiento económico moderado continuará limitando a los sectores impulsados por el consumo, restringiendo la recuperación de ingresos para las empresas que ya operan bajo presión.
Aunque se prevé una caída de los tipos de interés, el impacto sobre la solvencia empresarial se verá con retraso, ya que la política monetaria tarda en trasladarse a la economía real. Los desafíos de refinanciación se intensificarán, especialmente para la deuda corporativa de calificación baja que vence en 2025, ya que los prestamistas seguirán siendo cautelosos. Las empresas con una elevada carga de deuda y ganancias débiles tendrán dificultades para acceder a nuevos fondos, lo que incrementará el riesgo de impago.
Principales conclusiones
- Las quiebras empresariales a nivel global han alcanzado su punto más alto en 12 años, con un crecimiento anual compuesto (CAGR) del 5% entre 2012 y 2024. Sin embargo, tras la pandemia, el ritmo de aumento de las quiebras se ha duplicado, con un CAGR del 10 % durante el periodo 2021-2024.
- Tras la pandemia, 32 de las 47 economías monitorizadas por Dun & Bradstreet y su Worldwide Network (WWN) han registrado un aumento de las quiebras, con un CAGR medio del 12%. Cabe destacar que las quiebras en Ucrania, Polonia, Francia, Canadá, Arabia Saudí, Indonesia y Australia han aumentado más de un 20% anual en los últimos cuatro años.
- Entre 2023 y 2024, los mayores repuntes en quiebras se observaron en Ucrania (126%), Singapur (40%), Bielorrusia (39%), Australia (37%), Canadá (35%), Rumanía (35%) y Países Bajos (30%). Las mayores caídas se registraron en Grecia (−48%), Colombia (−43%), China continental (−31%) y Rusia (−26%).
- En 11 de las 47 economías analizadas, las quiebras empresariales en 2024 alcanzaron su nivel más alto en más de cinco años, y marcaron el pico de 12 años en Canadá, Francia, Polonia, Suecia y Estados Unidos; y el mayor nivel en una década en Australia, Japón, España y Suiza.
- Los principales desafíos previstos para 2025 incluyen los riesgos geopolíticos y las disrupciones comerciales. Las políticas arancelarias aplicadas al comercio transfronterizo dificultan el entorno operativo para las empresas.
- El informe Global Business Optimism Insights de Dun & Bradstreet para el primer trimestre de 2025 revela una creciente percepción del riesgo de los proveedores, ya que las empresas se centran cada vez más en localizar sus cadenas de suministro. Se espera que el coste del capital se mantenga elevado, lo que indica un mayor riesgo crediticio para los proveedores. Además, la caída del optimismo en ventas y pedidos de exportación refleja preocupaciones más amplias sobre la debilidad de la economía global y la incertidumbre en la política comercial. En general, las empresas muestran una perspectiva más cautelosa.
Quiebras empresariales y contexto en Europa
En 2024, el número de quiebras en Europa Occidental y Central aumentó aún más hasta alcanzar las 184.329, el nivel más alto desde que comenzamos a registrarlas en 2012. Francia (24%), el Reino Unido (13%) y Alemania (11,5 %) concentraron tres de cada cinco quiebras en la región.
Aunque todos los bancos centrales de la región redujeron los tipos de interés en distinta medida a lo largo de 2024, las empresas siguen enfrentando condiciones crediticias difíciles. La encuesta sobre préstamos bancarios del Banco Central Europeo (BCE) en la zona euro destacó un endurecimiento de los estándares de crédito por parte de los bancos en el cuarto trimestre. Las principales razones señaladas fueron un mayor riesgo percibido de préstamos impagados (NPLs) y una menor tolerancia al riesgo.
Aunque los bancos centrales continuarán bajando los tipos de interés en 2025, anticipamos que los bancos seguirán siendo cautelosos a la hora de conceder créditos, dadas las elevadas incertidumbres del entorno macroeconómico. Los principales riesgos a la baja para las empresas incluyen: la amenaza de una guerra comercial entre EE. UU., la UE y China continental; el estancamiento económico prolongado de grandes economías europeas como Alemania; y un conflicto prolongado o intensificado en Ucrania. Por el contrario, los principales factores positivos para las empresas en 2025 incluyen: una resolución rápida de la guerra en Ucrania o del conflicto en Gaza; y una caída de la inflación global más pronunciada de lo esperado que permita a los bancos centrales flexibilizar su política monetaria más rápidamente.
Aunque el ritmo de crecimiento de las quiebras fue alto, con un 11,8% interanual en 2024, fue inferior al 14,9% registrado en 2023 y al 18,4% en 2022. En particular, el ritmo de crecimiento de las quiebras en Francia, el país que más contribuye al número total de quiebras en la región, se redujo notablemente, pasando del 36% en 2023 al 17% en 2024.
No obstante, esta tasa de crecimiento sigue siendo la segunda más alta entre las regiones, solo por detrás de Asia-Pacífico con un 17%. El crecimiento de las quiebras es especialmente preocupante en Países Bajos (29,7%), España (25,7%), Luxemburgo (24,3%) y Alemania (21,9%). El rápido aumento de quiebras en España en 2024 resulta alarmante, ya que el país experimentó una caída de las quiebras en 2023, y el repunte de 2024 contrasta además con el buen desempeño general de la economía, impulsado por una alta inmigración y el turismo. Un factor que podría explicar este aumento en 2024 es la implementación en España de la Ley Concursal en 2022, que incentivó a las empresas a reestructurarse en 2023, lo que probablemente retrasó quiebras inevitables hasta el año pasado.
Situación de las quiebras empresariales en España
El aumento de las quiebras en España en 2024, hasta un total de 6.690, revierte la caída registrada en 2023. El incremento del 25,7% es el segundo más alto en Europa Occidental y Central, solo por detrás de los Países Bajos, con un 29,7%. Esta evolución negativa contrasta con la evolución positiva de la economía española, que registró en 2024 un crecimiento del PIB más de tres veces superior a la media de la UE, y una de las tasas más altas entre las economías avanzadas. Esto sitúa el número de quiebras en su nivel más alto desde 2013, cuando España se vio afectada por la crisis de deuda de la eurozona.
La introducción de la Ley Concursal en España en 2022 facilitó que las empresas pudieran reestructurarse y evitar la quiebra. Esto se evidenció en 2023, año en el que se registró una reducción en el número de quiebras en comparación con 2022, en contraste con el aumento observado en la mayoría de los países europeos. Por lo tanto, es probable que el aumento de las quiebras en 2024 se deba a aquellas empresas que intentaron reestructurarse bajo la nueva normativa pero no tuvieron éxito, retrasando su quiebra hasta 2024. Por ejemplo, el fabricante de productos del mar Atunlo se acogió a un programa de reestructuración de deuda en noviembre de 2023, pero presentó solicitud de quiebra en mayo de 2024.
El mayor crecimiento de las quiebras se observó en los sectores financiero y de seguros (72,5%) y en el de información y comunicaciones (68,5%), revirtiendo el descenso registrado en 2023, probablemente debido a los efectos retardados de la Ley Concursal.
Solo los sectores de sanidad, minería e inmobiliario registraron un descenso en el número de quiebras en 2024 en comparación con 2023. El sector inmobiliario se benefició de una gran demanda en 2023-2024 para la compra de propiedades y su uso en alquiler turístico; el crecimiento del PIB en este sector se aceleró hasta el 6,6% en 2024, el ritmo más alto desde 2007. Esto provocó un crecimiento acelerado de los precios de la vivienda y protestas a nivel nacional contra el turismo el año pasado. En consecuencia, los gobiernos nacionales y regionales están implementando reformas amplias sobre los alquileres, aunque esto generará el riesgo de que las empresas inmobiliarias enfrenten dificultades financieras en los próximos años.
Fuente:
empresaactual.com